¿Por qué las plantas son seres vivos?

A veces, al ver una maceta en casa o un árbol en la calle, olvidamos que las plantas no son meros elementos decorativos: son seres vivos. Respiran, se alimentan, crecen, se reproducen y responden a su entorno, igual que los animales y los humanos.

En Planteka creemos que cuando entiendes que tus plantas están vivas, cambia tu forma de cuidarlas. Ya no se trata solo de regarlas: es asumir la responsabilidad de su bienestar, observar sus necesidades y aprender a actuar cuando algo va mal.

¿Qué significa ser un ser vivo?

Un ser vivo cumple con ciertas funciones vitales:

✔ Nace y crece
✔ Se alimenta y obtiene energía
✔ Respira e intercambia gases con el entorno
✔ Se reproduce
✔ Responde a estímulos
✔ Eventualmente muere

Las plantas cumplen todas ellas, aunque de formas diferentes a los animales.

¿Cómo sabemos que las plantas están vivas?

1. Crecen y se desarrollan

Desde una diminuta semilla hasta un árbol enorme, las plantas atraviesan fases de crecimiento. Fabrican tejidos nuevos en sus meristemos (las “fábricas de células” en puntas y raíces).

2. Se alimentan (fotosíntesis)

A través de la fotosíntesis, producen su propio alimento:
Luz solar + CO₂ + Agua → Azúcares + O₂
Estos azúcares les dan energía para vivir y crecer.

🔗 Lee también: ¿Qué es la fotosíntesis y por qué importa para el cuidado de tus plantas?

3. Respiran y transpiran

Absorben CO₂ y liberan oxígeno a través de estomas en sus hojas y lenticelas en sus tallos. Este intercambio es continuo, incluso cuando dormimos.

4. Se reproducen

Muchas producen flores, frutos y semillas. Otras se multiplican a través de esquejes, rizomas o estolones.

5. Responden al entorno

¿Has visto cómo un girasol sigue al sol o una mimosa cierra sus hojas al tocarlas? Estos movimientos son respuestas a la luz, el agua, el tacto o la gravedad.

Más que decoración: cuidar seres vivos implica responsabilidad

Saber que tus plantas están vivas transforma tu papel de dueño en cuidador. Al igual que con una mascota, implica:

Investigar sus necesidades: no todas las plantas necesitan lo mismo. ¿Prefiere sol directo o sombra? ¿Le gusta la humedad o teme al exceso de agua?
Observar sus señales: hojas amarillas, puntas secas o crecimiento lento son mensajes que te ayudan a actuar a tiempo.
Tratar, no tirar: una planta enferma no es un fracaso. Es una oportunidad para aprender y fortalecer tu vínculo con ella. Muchas son más resilientes de lo que creemos y pueden recuperarse con un poco de cuidado y paciencia. Si necesitas ayuda con tus plantas – tenemos el servicio perfecto para ti – Plant Doctor.

Las plantas no hablan ni se mueven como un perro o un gato, pero sienten su entorno y cumplen funciones vitales. Cuidarlas no solo mejora su salud: también te enseña responsabilidad, paciencia y empatía.

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